Cualquier receta e ingrediente toman un mayor sabor si empleamos salsas como acompañamiento. La salsa brava es una de esas salsas que mejora y enriquece muchísimos platos y que suele gustar a todo el mundo.
Si la preparamos nosotros mismos podemos darle el toque al gusto: más picante, más espesa o como te pida el plato que quieres acompañar.
Muy conocida como acompañamiento a las patatas fritas en algunas ciudades de España, también puede utilizarse con la carne vegana por poner un ejemplo.
Puedes hacer una buena cantidad y guardar la que te sobre, o irla utilizando cuando quieras porque esta salsa puede aguantar varios días. También puedes congelarla.
De igual manera, si la prefieres preparar para el día, cabe señalar que su elaboración no es complicada, simplemente un tanto laboriosa, pero nada que no pueda hacerse con un poquito de tiempo y algo de mimo.
Ingredientes que puedes aumentar o disminuir:
- ½ kg de tomate frito triturado: puedes hacerlo casero o cómpralo.
- 1 trocito de pan duro, mejor blanco.
- 3 dientes de ajo.
- Perejil picado.
- Comino molido o pimienta blanca molida.
- Un pellizco de azafrán o colorante.
- Sal al gusto.
- 1 vaso de agua.
Preparación:
El pan duro debe de quedar como una masa blandita, para ello mójalo en agua.
En un vaso de batidora echamos el tomate frito, el perejil, la pimienta, el azafrán y la sal. Pelamos y cortamos al medio los ajos, quitando el corazón (para que no repita) y añadiéndolos a los ingredientes. Echamos el pan blando pero sin líquido y batimos todo hasta que la mezcla sea homogénea, así de sencillo.
Calentar antes de servir.
¡ No hay excusa para dejar a un lado el sufrimiento animal! Salsas, comidas y postres pueden elaborarse con ingredientes de origen natural, sin necesidad de someter a otro ser a trituras y sacrificios innecesarios.
