En las políticas medioambientales no solamente es fundamental el trabajo de los gobiernos de los distintos países, pues también las empresas deben ser partícipes del cuidado de nuestro planeta.
La sociedad en general, ha empezado a ser consciente de la necesidad de que las empresas se involucren en temas medioambientales, jugando un papel cada vez más relevante en la toma de decisiones relacionadas con dicho tema.
Es importante que en el marco de las actuaciones políticas relacionadas con el cuidado del medio ambiente participen las empresas como parte de la solución. Ya se trate de la protección de entornos y hábitats de los distintos seres vivos, de actuar en beneficio de nuestra salud evitando por ejemplo factores contaminantes o promoviendo campañas de protección y cuidado del medio ambiente, la inclusión empresarial resulta imprescindible.
A nivel global y aunque es sumamente importante el papel que juegan los distintos países a nivel ambiental, es un hecho probado su limitación. La transformación y flexibilidad de los mercados, junto con la llegada de las nuevas tecnologías han hecho necesario que las empresas se unan al compromiso por la protección del medio ambiente.
Muchas de ellas, por su parte, ya se han comprometido con asumir su responsabilidad social. Se trata no únicamente de cuidar de los métodos utilizados, sino también de concienciar mediante la voz y el lugar que muchas se han ganado en los mercados.
No hay más que echar la vista atrás para comprender que ya desde hace años el término «Responsabilidad Social de la Empresa» comenzó a entenderse como una relación fundamental entre las empresas y el medio ambiente, así como las relaciones comerciales de éstas. Todo ello, así se reflejó en el denominado libro verde de la Unión Europea, concretamente en el año 2001.
Es decir, la lucha por las bases sostenibles de nuestro ecosistema debe ser siempre una labor conjunta, en la que participen las empresas mediante la adquisición de la llamada responsabilidad social y ambiental de las mismas.
