
Resulta sorprendente como la mayoría de personas no comienzan a dar al agua el valor que ésta tiene hasta que ocurre algo tan indeseado, por poner un ejemplo, como una sequía.
En algunas poblaciones en las que los embalses que sirven de abastecimiento a millones de personas empiezan a dar problemas, comienzan las campañas de concienciación y uso razonable de este rico bien.
A este respecto, toma especial valor el uso de las aguas grises, término que muchos hombres y mujeres desconocen pero que, empieza a cobrar fuerza entre las personas preocupadas por el medio ambiente.
¿Qué son las aguas grises?
Pues bien, aguas grises son aquellas que proceden de los desagües de lavabos y bañeras, así como de lavavajillas y lavadoras. Es decir, podríamos definirlas como aguas relacionadas con el uso doméstico.
Cabe no confundir esta acepción con la de aguas negras, que son las procedentes de cloacas, que suelen llevar sustancias contaminantes y no deben ser reutilizadas, al contrario de lo que ocurre con el tema que hoy nos ocupa, las aguas grises.
Ahora bien, ¿ qué uso podemos hacer de las aguas grises?
A día de hoy, su reutilización suele ser para uso doméstico, de tal manera que sirven entre otras cosas para el llenado de cisternas, un hecho que conlleva no solamente un ahorro económico importante sino también contribuye a proteger la existencia de dicho bien.
Aquellos privilegiados que cuentan con terrenos y jardines y que disfrutan de luchar por aquello que la naturaleza nos ha dado, son afines a su uso como sistema de riego. Esta actuación es muy importante en aquellas áreas geográficas con tendencia a largos periodos de calor, en los que la lluvia apenas hace su aparición.
No existen excusas, no hace falta un jardín, todos y cada uno de nosotros podemos reciclar el agua, de tal manera que las aguas grises sirven también para algunas tareas de limpieza por ejemplo en exteriores de las casas.
Cabe mencionar, que para que éstas no generen malos olores, cosa que suele ocurrir pasadas 24 horas, deben ser depuradas. Ojo, además, si se procede a su uso como sistema de riego, pues el césped o determinadas zonas con plantas pequeñas son más susceptibles de ser dañadas.
A la hora de utilizar productos en el hogar, si después pretendemos hacer uso de las aguas grises, debemos tener cuidado con los componentes de los mismos.
La reducción del consumo personal del agua en nuestros hogares debiera ser una premisa que todos cumplan, pues de este bien surgió el ser vivo y de él depende para sobrevivir en las mejores condiciones.
¡Haz uso de las aguas grises!